Si agradeces siempre por las pequeñas cosas de tu vida, esas que sientes que son insignificantes o intrascendentes, te daras cuenta que tu perspectiva hacia todo lo que te rodea cambiara y veras que todo empieza a fluir en orden perfecto…
Haz del agradecimiento diario, de todo lo que vas encontrando a tu paso, un habito y tu vida se transformara de una manera maravillosa… y entonces si, esas grandes cosas, o lo que tu consideras las grandes cosas, fluiran a la manera perfecta y sabia de Dios…
Hay que empezar por agradecer las pequeñas cosas, para que las grandes lleguen después sin lucha ni esfuerzo…
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